Un blog para encontrar y esperar.

sábado, 12 de enero de 2008

“Sebastián” o grandes reacciones por cosas pequeñas


Un visitante a mi perfil de mysapce me preguntó cuál era mi nombre verdadero, como si el que apareciese junto a la foto fuese una ficción de internauta.
De repente cruzaron por mi cabeza la simpatía que he sentido por San Sebastián, la misma consonancia de la palabra y todas las ideas a posteriori que he hecho de mi nombre... porque eso he creído que es: mi nombre.
¿Y si todo lo que he pensado respecto a esa palabra fuese producto de buscarme una identidad? ¿Y si “Sebastián” hubiese sido un cúmulo de deseos e ideas de lo que quería ser, o por lo menos un personaje curioso para enmascararme?
La extraña pregunta sembró la confusión entre lo que digo de mi persona a través de mi nombre, y lo que quiero que diga este nombre de mí.
El personaje y la persona se adhieren uno a otro como derretidos por el deseo de ser alguien; alguien que no se decide a tener una identidad o a imponérsela.

[Foto de Abelardo Morell http://www.abelardomorell.net/index.html]

6 comentarios:

Loana dijo...

Es un poco macabra la idea de vivir para rellenar al nombre. Mejor nos ponemos muchos ¿no?

Francisco Cerón dijo...

Nombre(s)...
Sin duda, comparto contigo el vértigo, herencia desde que nos creemos modernos, de la identidad, tanto de serla como de destruirla. Dice Bersani, en Homos (libro por de más agradable y trasgresor) que la oportunidad de desconstruir nuestra identidad ha sido la problemática de todo ser. Confusión y hastio, sin duda, pero al igual, y ya hay que decirlo, placer de todo moderno. Anónimato subliminado.
Un gusto saber, de nueva cuenta, de zorro verde...

mau feroz dijo...

cosa de saber quien eres en realidad, de saber que el rostro que corresponde al nombre que llevas (o bien, que el nombre corresponde a la escencia que representas). con frecuencia, me doy cuenta que yo no soy yo, mi nombre me es ajeno.

bubamarenya dijo...

una vez me quede mirando el espejo por mucho tiempo. buscava encontrame a mi...sigo buscando...sin mi nombre, ese espacio seria solo silencio

Anónimo dijo...

Ya sé.
La Licha y su mente torcida, no hace más que recordar en la foto del Sushi, esa curiosa práctica erótica que tiene que ver con nudos y exitarse...
¿Por qué?
No lo sé.

Que te vaya de poca en Berlín.

Besitos.

Anónimo dijo...

jaja, cuando pasa eso se sienten cosquillas, es bien extraño pero me acaba de suceder hace poco, incluso lo escribí en el blog, sobre la simbología que uno le da a las letras y eso, que a veces carecen de significado, o simplemente no asocias imagen alguna con ellas...
Se siente bonito saber que no soy la única... creo.

Yves Klein

Yves Klein
Para quienes han usado el "Moment mal!"