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domingo, 9 de septiembre de 2007

"Me desordeno, amor, me desordeno"

Esto de pelear con la muerte, no cabe duda, es una labor de la que uno se olvida facilmente. Nadie podrá negar que la muerte es una incercia de no hacer nada, y quiá los mayores rebeldes son los fantasmes que se niegan a morir. Y puesto que el fantasma no puede presentarse en su cuerpo, sino que tiene que usar ese mundo al que ya no pertenece para manisfestarse, yo, que estoy en una lógica semejante, recurro a un poema ajeno. La poetiza es Carilda Oliver Labra, censurada en Cuba por sus versos eróticos. Actualmente es muy reconocida en la isla y queda como otro hito en la lucha contra cualquier discursos totalizador.

Me desordeno, amor, me desordeno
cuando voy en tu boca, demorada;
y casi sin por qué, casi por nada,
te toco con la punta de mi seno.

Te toco con la punta de mi seno
y con mi soledad desamparada;
y acaso sin estar enamorada
me desordeno, amor, me desordeno.

Y mi suerte de fruta respetada
arde en tu mano lúbrica y turbada
como una mala promesa de veneno;

y aunque quiero besarte arrodillada,
cuando voy en tu boca, demorada,
me desordeno amor, me desordeno.

-Carilda Oliver L. en Prometida al fuego

Yves Klein

Yves Klein
Para quienes han usado el "Moment mal!"