Un blog para encontrar y esperar.

domingo, 29 de julio de 2007

La máscara de la victima

Hace tiempo quería subir esta cita de Mishima del libro Caballos descobados. En lo personal me impactó como Isao (joven que pretende purificar a Japón) sólo es capaz de justificar el homicidio del burgués Kurahara, en tanto lo ve como una figura hueca, casi como una abstracción del mal. Y me interesó porque me hizo preguntarme si sólo es posible matar a alguien, cuando la victima es reducida a una imagen vaga del ser humano concreto que es realmente.

“Cuando Isao reflexionaba sobre el hecho de que no conocía bien a Kurahara, concluía que aquella circunstancia aumentaba la justicia de su actitud. La perversidad de Kurahara debía mantenerse tan distante y abstracta como fuese posible, ya que sólo cuando el asesino pude poner a un lado toda consideración sobre favores concedidos o enemistad personal, su acción puede proclamarse inspirada en la verdadera justicia. De modo que el distante convencimiento de Isao sobre las culpa de Kurahara bastaba ampliamente.”

[Yukio Mishima Caballos descobados, p. 223 (Ed. Caralt, 2004)]

3 comentarios:

vanto y vanchi dijo...

He estado a dos segundos, pero neto que a dos segundos de comprar un libro de Mishima que me anda haciendo ojitos desde hace mucho tiempo. Es "Confesiones de una máscara", y neta que es uno de esos libros que necesito leer...he escuchado tanto de leer. ¿Què tal estuvo?

cuitláhuac dijo...

Buena cita. Me ha hecho pensar por un momento. Quizá la máscara no consiste en una abstracción del victimado, una reducción de su persona a una idea o una faceta ramplona de quien es. Quizá lo enmascarado no es el asesinado sino el asesinato. Tal vez hay menos de crueldad de lo que creemos en un homicidio. Qué tal que el asesinato de uno es el simulacro del holocasuto absoluto con que queremos ofrendar a la nada. Qué tal que con cada asesinato queremos matar a la humanidad en su totalidad, en abstracto, y entonces la forma más mediocre de resignarnos a nuestra impotencia es conformarnos con matar a uno que a nuestros ojos abarque todo lo que hemos visto y odiado en nosotros mismos. Creo que he sonado demasiado cursi. Qué horrible. Pero suena bien esto. Pondré el libro en la lista de espera.

Rafa dijo...

Las experiencias personales suceden en el exterior y en el interior, al exterior se sencuenteran los hechos y al interior, los hechos se mezclan con la esperanzas, deseos, miedos, culpas, etc. Como ambos están conectados y son totalidad en uno mismo, creamos símbolos y asociaciones que son poderosos guerreros o terribles demonios. Cuando un objeto se dota de esas asociaciones y símbolos se le imprime la energía que queremos. Por eso basta con la destrucción de algún objeto significativo para lograr terminar con el mal que nos aqueja. Probablemente por el mundo siga merodeando ese mal, pero dentro de nosotros ya no existirá.

Yves Klein

Yves Klein
Para quienes han usado el "Moment mal!"