Un blog para encontrar y esperar.

viernes, 22 de junio de 2007

El juego


Entre las personas existen muchos juegos cuya naturaleza es fingir que esconden sus reglas. A estos pertenecen esas prácticas de consolarse mutuamente sin confesar la pena. Un beso y una tierna caricia se regalan sin intención aparente. Cada quien juega a ser un puerto donde el otro puede detenerse, y a su vez uno se detiene en ese otro que se acercó. A fin de cuentas todos somos botes que intentan ocultar que han llegado de lejos, poniendo cara de ser lugareños. Callamos en estos juegos el camino que nos arrojó ahí, pero tampoco preguntamos cómo es que el otro arribó al mismo lugar. Y sin embargo ambos saben que se oculta algo, que tras esa dulzona mentira se agacha para no ser vista la brújula del viaje, aquella que anuncia que sólo se está de paso. ¿Y si se prolonga la estancia? Más vale que los viajeros confiesen sus mentiras, aunque eso los haga soltar de nuevo las amarras. ¿Pero por qué si sabíamos que mentíamos no soportamos escuchar la verdad? Quizá sea también parte del juego.

6 comentarios:

Guillermo dijo...

Me gusta el final de este post, me hace pensar sobre qué decisión tomar en este tipo de juegos. ¿Cómo salir de ellos? O, qué hacer cuando se sabe de antemano las reglas?

Rafa dijo...

Pues nada hay que confesar, me parece que es más cuestión de compartir y de expresar intentado dejar cualquier temor o duda de lado.
Y si esto se hace en pequeñas dosis, es posible saborear cada gota permitiendo que se revele la totalidad de los involucrados.

Livi Jazmín dijo...

¿Sería mucha molestia aumentar el tamaño de la letra? Oooo ps es que lloran los ojos de esfuerzo al leer.

Rei Ayanami dijo...

Muchas veces ni siquiera sabemos que mentimos... o que estamos diciéndo una verdad. Eso pasa con los espejos: multiplican los reflejos que ya no sabemos de dónde proceden, o quizá, esos reflejos, son otros espejos y así, terminamos como aquel misántropo de Tlön que llego a decir: "los espejos y la cópula son abominables, porque divulgan y prolongan el número de hombres.

Rei

Rei Ayanami dijo...

Muchas veces ni siquiera sabemos que mentimos... o que estamos diciéndo una verdad. Eso pasa con los espejos: multiplican los reflejos que ya no sabemos de dónde proceden, o quizá, esos reflejos, son otros espejos y así, terminamos como aquel misántropo de Tlön que llego a decir: "los espejos y la cópula son abominables, porque divulgan y prolongan el número de hombres.

Rei

pk dijo...

hola; regresando tu visita. me gusta eso del "puerto donde el otro puede detenerse".
saludos

Yves Klein

Yves Klein
Para quienes han usado el "Moment mal!"